Creí que todo terminaría cuando decidí ponerle fin a mi existencia, pero los Dioses condenan a todas las almas como la mia a una soledad eterna dónde nunca vuelves a renacer. Me aterraba estar sola, pero un espíritu misterioso me propuso un trato para que pudiera reencarnar, tomando posesión de otro cuerpo, sin pensarlo dos veces acepte sin escuchar sus condiciones. Al abrir los ojos me encontraba en una época diferente, todo era muy diferente a el lugar donde solía vivir, según todas estas…