Es cierto que con el tiempo las toallas blancas pueden perder su suavidad y atractivo, y que el amarilleo es un problema común. Sin embargo, existen formas de recuperar el aspecto original de tus toallas. Una de las opciones más efectivas es utilizar un producto blanqueador específico, ya sea en polvo o líquido, en el ciclo de lavado. También se recomienda lavar las toallas con agua caliente y añadir vinagre blanco o limón en el ciclo de enjuague.