Aún cuando tengas dificultades, aún cuando hayas intentado pero todo salió mal, aún si ves el panorama sombrío y con pocas o ninguna posibilidad de éxito... No dejes que la tristeza te domine y el desánimo te derribe... Sujétate de la mano de Dios y alégrate en él, confiando en que te dará la victoria que tanto necesitas. Confía, cobra ánimo y esfuérzate, que él no te fallará.