Madera y color, hojas y flores, puertas para que entre y salga el ser humano en su brea cotidiana, en su descanso y su contento, con su luz y su oscuridad. Y otra sombra gris del sol en los muros, sombra ocre para el zócalo, gamas artísticas de un instinto decorador. Y el espejo esquinero, y la seriedad de unos taburetes –la madera en otro de sus mejores oficios– para la llegada tranquila. El Carmen, Norte de Santander. Fotografía de José Fernando Machado. –En 'Colombia Campesina' (1989), con